Juan Broseta (*)
No se entiende, bajo ningún concepto, que el mal llamado tren de “Alta Velocidad” Madrid – Extremadura, se inaugure por el Presidente de Gobierno y el Rey, cuando no está garantizado el servicio regular de esa línea. No se entiende, y lo peor es que como no han sabido solucionar el problema han hecho que al usuario les cueste el 50% menos el billete. Eso es tercermundista, que eso lo diga un Presidente de Renfe, pues hombre yo lo entiendo que es un abogado, que es un político más arribista, que no tiene ni idea del tema ferroviario técnicamente, aunque eso sí, se ha pasado por todo lo que significa la burocracia ferroviaria, pero que él, cómo mayor solución le dé a un viajero que pague el 50% menos del billete, por llegar mucho más tarde de lo que pensaba llegar, es lamentable. Y estamos hablando de mucho tiempo más tarde, es decir, que toma la decisión al sexto día, eso no es admisible de ningún modo.
Si yo voy con un tren de “alta velocidad” Madrid – Extremadura, usted puede tomar la medida de que, si llega un poco tarde, me devuelvan parte del billete, pero que usted me diga que voy a pagar la mitad, por llegar 80 minutos tarde, no es de recibo. Aunque usted sea un político que se haya dedicado a esto (contar cuestiones de historia, porque usted es Licenciado en Historia), aunque no sea un técnico y no debiera estar ocupando la Presidencia de un organismo como es Renfe, que requiere un nivel de preparación técnica a la hora de realizar la puesta en marcha de una línea.
En el caso de Marisa Domínguez, que es una Ingeniera de Caminos, a quién conocí hace muchos años, cuando trabajaba en Intraesa y que, de alguna manera, es una persona que tiene una capacitación técnica suficiente, tampoco se acaba de entender cómo después de lo que pasó con el accidente del tren de Angrois el 24 de Julio del 2013, donde hubo 80 fallecidos, sigan ocurriendo estas cosas.
Por cierto, y sobre ese tren de Angrois, está por dilucidar el final de ese juicio, aunque sabemos con certeza que lo que se autorizó fue una circulación en una línea que no estaba en condiciones de señalización suficientes para que circulara el tren. Pero, claro, como les gusta a muchos políticos mentir y engañar para su propio autobombo, se puso el tren en circulación y le echaron la culpa al maquinista.
Yo tengo 71 años y más de 50 en experiencia ferroviaria, soy nieto de un maquinista republicano, mi padre también trabajó en Renfe y yo he trabajado toda mi vida (desde el año 73) en el sector ferroviario, conozco bien el sector, he pertenecido a la UITP y cuando veo estas vergüenzas en mi país y veo que una mujer con buena formación, a la cual yo he conocido como es María Luisa Domínguez no tomar medidas, me cuesta mucho entenderlo. ¿ cómo entender cosas como las de ese accidente que costó 80 muertes en aquel tren de alta velocidad que iba a Santiago de Compostela y que en la curva de Angrois ocurriera lo que ocurrió?, ¿cómo es posible que le echaran la culpa al maquinista, si ese tren funciona automáticamente, independientemente de que haya maquinista o no, o es que resulta que el maquinista no se puede morir o darle un infarto?
El tren está preparado si funciona la señalización, que debe de funcionar, para que ante un caso de muerte o infarto del maquinista, el tren tiene un software de cálculo y se pare. Ahora bien, si fruto de la barbaridad política de querer figurar, hacemos una inauguración a destiempo y le obligamos al maquinista a que lleve el tren con su criterio, su olfato y nivel de seguridad y luego lo hacemos culpable de todo, entonces la culpa es de esos cargos que lo permiten, no del maquinista. Esta es la “España cañí”, de la cual uno se avergüenza porque el Ministro de turno de su época autorizó esa circulación en contra de todo lo que suponía la seguridad del tren.
Y lo peor de todo esto no es que haya una ministra como Raquel Sánchez, que es una abogada poco preparada para gestionar un Ministerio como el de Transporte, lo peor es que además sostienen que los técnicos no pueden ser Ingenieros Superiores, tienen que ser abogados, periodistas, licenciados en Historia y cosas así. Parece que haya una lucha contra el sistema técnico superior en este país a la hora de ocupar esos puestos. Y me sorprende que María Luisa Domínguez, que está preparada y ha ocupado varios cargos en el ADIF, haya permitido que esta inauguración se hiciera sin antes haber hecho todas las comprobaciones de lo que significa la circulación del tren y que, después y como mayor remedio como decía antes, lo único que se le haya ocurrido al Presidente de Renfe sea decir “igual da, va a costaros la mitad”. No señor, eso no es así, usted y la ministra deberían presentar su dimisión.
En un país civilizado esto no ocurriría, y lo dice una persona como yo, a la que seleccionó el Gobierno alemán para que emitiera un peritaje sobre ese accidente del ICE. Y aunque emití el peritaje y les dije lo que pasaba (que no les favorecía a ellos) tuvieron la honestidad de cambiar el sistema de rodaje del ICE y, en vez de ir a llanta y núcleo, se fue a una rueda compacta, porque eso es lo que ocurrió y tengo toda una serie de publicaciones y trabajos que así lo demuestran.
No es de recibo que ante situaciones como la de este tren Madrid-Extremadura, la mejor solución no haya sido la de arreglar la línea en lugar de cobrar la mitad por llegar más de hora y media tarde.
Es obvio que los políticos y cargos públicos se protegen de todos sus errores ante la sociedad en lugar de gestionar correctamente y, si no lo hacen, deberían presentar la dimisión, como deberían haber hecho ya el Presidente de Renfe, Isaías Táboas, y Marisa Domínguez, como Presidenta del Adif. Aunque sé que eso no ocurrirá, pero desde esta publicación, llevada a cabo por profesionales independientes ferroviarios, quiero denunciar estos hechos y responsabilizarlos de todo lo que está ocurriendo.
(*) Doctor Ingeniero Industrial