Hay mucho que podemos aprender de cómo los chinos han manejado esta pandemia, especialmente de las medidas que tomaron para garantizar la seguridad en el transporte público. Algo vital para todos los ciudadanos que aún necesitaban viajar, como profesionales de la salud, empleados de supermercados y otras industrias básicas.

El viernes pasado tuvimos la oportunidad de asistir a un seminario web organizado por TUMI en colaboración con el Shenzhen Bus Group (SZBG), Hallie Liao, Jefe de Desarrollo Internacional, y Joe Ma, Director General Adjunto.

Hallie y Joe relataron su experiencia y los pasos que tomaron para controlar activamente la propagación de la enfermedad y al mismo tiempo mantener los autobuses y taxis seguros y disponible para sus empleados y ciudadanos.

La ciudad de Shenzhen en China tiene una población de 12, 53 millones de personas. Shenzhen Bus Group es el operador de autobuses más grande de la ciudad con una flota de 6,000 autobuses, también operan una flota de más de 4,000 taxis.

Medidas de seguridad en autobuses

Aunque los autobuses vieron una disminución drástica en el volumen de pasajeros una vez que comenzó el brote, el número de pasajeros aún era bastante significativo. Debido a su experiencia con el virus del SARS en 2002, los ciudadanos chinos son muy conscientes e inmediatamente tomaron precauciones de seguridad que incluyeron utilizar menos transporte público.

Debido a la caída de pasajeros, se redujo el número de autobuses. Para garantizar la seguridad, se ordenó a los autobuses que no transportaran más del 50% de su capacidad de pasajeros, y esto se monitoreó de cerca a través de cámaras en los autobuses. Se utilizaron autobuses de reserva durante las horas pico para evitar aglomeraciones. El personal y los pasajeros debían usar máscara y guantes, los conductores tenían derecho a rechazar el embarque de pasajeros que no cumplieran con esta restricción. Los autobuses fueron desinfectados después de cada viaje de servicio o al menos 3 veces al día, durante la noche cada autobús era desinfectado en profundidad.

También establecieron un grupo de trabajo de seguridad en crisis  para dar instrucciones a diferentes niveles dentro de la empresa. Celebraron reuniones semanales con actualizaciones sobre la situación y los planes se adaptaron en consecuencia.

Dado que una de las principales preocupaciones de la compañía era mantener a su personal seguro, hicieron la compra de un suministro de 1 mes de máscaras, guantes y toallitas con alcohol para suministrar al personal. Crearon una aplicación para la «prevención de epidemias» con un enlace a su sistema de venta de entradas. Se sugirió a cada pasajero que descargara la aplicación y escaneara un código QR en el autobús o taxi al abordar y que completara su nombre y número de teléfono celular. Si más tarde se descubrió que alguien en el mismo vehículo dio positivo por Covid-19, se contactó al resto de los pasajeros y se les aconsejó que permanecieran en cuarentena. Esto resultó ser muy útil ya que fue más fácil rastrear la propagación del virus.

Se colocaron carteles con información y se reprodujeron grabaciones con anuncios de servicio público para recordarles a los pasajeros que debían mantenerse a una distancia prudente, no sentarse uno al lado del otro y mantener una fila  de asientos entre los pasajeros.

Medidas de seguridad en taxis

Los servicios de taxi también sufrieron un gran golpe, ya que de inmediato vieron una disminución de pasajeros. Debido al espacio reducido las  personas estaban más reticentes a usar  este medio de transporte.

Para garantizar la seguridad de los pasajeros y reducir el miedo, instalaron una pantalla  temporal entre el conductor y el pasajero. Proporcionaron toallitas desinfectantes, y los conductores abrían y cerraban las  puertas para minimizar la necesidad del pasajero de tocar las manijas y otras áreas.

Los taxis se desinfectaban cada 3 horas.

Se le pidió a cualquier conductor que llegara de vacaciones especialmente de las ciudades más afectadas como Wuhan y Hubei que guardaran 14 días de cuarentena antes de reanudar el trabajo. A todos los que llegaban a la estación de taxis se les realizó una prueba de temperatura antes de comenzar a trabajar, y enviaron a cualquier persona con fiebre a casa.

En el futuro y de manera permanente, están pensando en proporcionar cubiertas de papel para los asientos, e instalar purificadores de aire en cada vehículo, así como la utilización de  tecnología UV para limpiar y desinfectar los vehículos.

Medidas económicas para los empleados

Debido a que los taxis operan en régimen de alquiler mensual, para garantizar que los conductores aún recibirían ingresos, el SZBG también trabajó en estrecha colaboración con el gobierno para establecer medidas económicas. El gobierno municipal otorgó subsidios diarios y mensuales para ayudar a los conductores a pagar el alquiler de los taxis. Las tarifas de alquiler se redujeron y las tarifas del servicio de recarga eléctrica se redujeron a la mitad en 10 estaciones de carga operadas por SZBG.

Para mantener a los conductores trabajando, también se implementaron cursos de capacitación online.

SZBG también estableció una colaboración  para un servicio de mensajería conjunta con Pencheng Courier. Este servicio de transporte de  equipos y suministros médicos esenciales lo hacían mediante los taxis.

También se proporcionó transporte gratuito a los donantes de sangre a  los centros de donación.

SZBG se apoyo en gran medida en sus plataformas en línea para proporcionar apoyo, capacitación y asesoramiento a su personal, algo que dicen probablemente continuará incluso después de que termine la pandemia.

Los conductores de autobuses en cuarentena recibieron su salario completo, también se les proporcionó una subvención diaria de alimentos y se proporcionaron dormitorios de autoaislamiento para aquellos que no podían regresar a sus casas.

Sin duda alguna se tuvo en cuenta hasta el más mínimo detalle para mantener el transporte público activo, seguro y puntual.

Incluso con todas las medidas y esfuerzos de seguridad implementados cuando se les preguntó cuál era su mayor arrepentimiento sobre cómo manejó la crisis: Joe Ma respondió rápidamente «no reaccionamos lo suficientemente rápido». Aunque Hallie  Liao concuerda, también explica que hicieron lo mejor que pudieron con la información que tenían en ese momento.

Y el resto del mundo que tiene más información sobre esta pandemia, tiene la experiencia de cómo se ha manejado en otros países, y podemos evitar cometer los mismos erros, ¿por qué estamos tardando tanto en reaccionar?